Todos hemos oído hablar de nuestra flora intestinal de alguna manera u otra, ya sea por remedios caseros de las abuelas o las mamás de tés para quitar el empacho, de atoles para curar la diarrea, etc. Sin embargo cada vez más investigaciones nos señalan estas maravillosas bacterias como las más importantes en términos de los efectos que producen de manera indirecta en tu estado de ánimo, tus ciclos de sueño, tu salud metabólica.
Los cambios en la dieta, el excesivo uso de antibióticos, el abuso de esterilizarnos o desparasitarnos ha creado un hueco en nuestros intestinos, contribuyendo a perder muchas de las bacterias esenciales de nuestro intestino, las cuales también son necesarias para incrementar tu sistema inmune y apoyar muchas funciones de tu metabolismo. ¿Cómo se da esa conexión? Pues de manera increíblemente sincronizada nuestro intestino y nuestro cerebro comparten una conexión a través de varias sustancias químicas algunas de ellas son hormonas como las endorfinas, la serotonina, la secretina, la insulina y la leptina, las 3 últimas estas muy involucradas en regular el metabolismo de azúcares, grasas y proteínas. Por ello el tener estos huecos también ha contribuido al desarrollo de epidemias como la obesidad y la diabetes. Afortunadamente esto puede cambiar con algunos simples ajustes en tu estilo de comer y vivir:
1. LLÉNATE DE FIBRA.
Debido a que las bacterias de tu intestino prosperan y crecen a través de la fibra dietética, es muy recomendado por los especialistas que consumas una variedad de vegetales ricos en fibra — todos los vegetales verdes, levadura, cereales, pan integral con alto contenido en fibra, frutas sobre todo algunas con todo y la pulpa o cáscara, legumbres, nueces, semillas. Piensa en tu flora intestinal como tu jardín y la fibra como si fiera el abono o fertilizante. Esta simple recomendación hará que el número y la calidad de tus bacterias se mantenga sano.
2. CONSIDERA LAS COMIDAS FERMENTADAS.
Los especialistas recomiendan consumir comidas fermentadas como el yogurt, requesón, pulque, tepache, todos estos alimentos y bebidas fermentadas ayudan a regenerar y proporcionan nuevas bacterias. Para mejorar tu consumo, mezcla tu yogurt (de preferencia el que tenga cultivos vivos de búlgaros, con menos azúcar no con endulzantes artificiales) con nueces, frutos rojos (frambuesas, cerezas) y nueces. Combina este tipo de alimentos y bebidas fermentadas con proteínas como huevo, una ensalada de pollo o atún, un sandwich con pan integral.
3. ENSÚCIATE UN POCO.
Los especialistas también manifiestan que un exceso de sanitización y limpieza no es tan recomendable. Aunque se ha promovido el lavarse las manos antes de la comida, la Dra. Sonnenburg (Investigadora de Stanford en Microbiota) recomienda deshacerse de los geles antibacterias y jabones especiales, ya que ella comenta que no existe evidencia de que prevengan alguna enfermedad más que cualquier jabón regular, y lo que sí hacen es reducir la exposición a las bacterias buenas y contribuyen a generar bacterias resistentes.