De alguna forma todos nos preocupamos por nuestra salud, tarde o temprano lo hacemos y es cierto que muchos de nosotros a la hora de comer andamos contando calorías e investigamos cada nutriente que contiene la comida pero Pero más allá de qué y cuánto comer y volvernos una calculadora de calorías y una enciclopedia de nutrientes, hay otra pregunta importante que debemos hacernos a la hora de cuidar la figura: cuándo comemos. Sí: el horario de las comidas influye, y mucho, en nuestro peso.
Es totalmente cierto aquel dicho: "Desayuna como rey, come como príncipe y cena como mendigo" pero ¿Por qué?
No se trata de vivir a contrarreloj pero si de mantener un equilibrio y una educación respecto a las horas de alimentación, así como adoptar ciertos hábitos saludables que ayudarán a prevenir la obesidad y otro tipo de enfermedades. Los desayunos abundantes, almuerzos moderados y cenas livianas vencen en todas las cifras al comportamiento inverso y de acuerdo con los estudios es mejor para la salud.
En un trabajo en la revista Obesity se reportó que consumir 700 calorías en el desayuno, 500 en el almuerzo y 200 en la cena hace bajar más de peso que invertir la fórmula (200 calorías en el desayuno y así sucesivamente). De paso, un buen desayuno disminuye las probabilidades de contraer diabetes.
No solo se trata del horario de la ingesta: el buen sueño también ayuda a bajar de peso o, más bien, dormir poco o mal aumenta las chances de desarrollar obesidad. Y también influye el despertar: exponerse a la luz temprano por la mañana, dar una pequeña caminata al aire libre, ayudan a aumentar el metabolismo y, así, quemar más calorías.
Así que sí, en efecto, los horarios de comida influyen en nuestra pérdida o ganancia de peso. es importante detectar y establecer nuestros horarios de comida para evitar complicaciones a la salud futuras, recuerda: tú y solo tú importas y es fundamental cuidar nuestra salud en todas las formas posibles.