Es de los alimentos llamados “superfood” debido a los múltiples beneficios que se dice que tiene, y sin embargo contiene más grasa que la manteca de cerdo.
Esta fruta ha sido de las más explotadas en los últimos 3 años, desde harinas, snacks, “leche” y muchas bebidas que además se les ha adicionado azúcar se han encargado de darle el título de “superfood”.
¿Beneficios en cuanto a las grasas que contiene y baja de peso?
Dictamen = FALSO
Un reciente reporte de la Asociación Americana del Corazón (Junio 2017) advirtió acerca del uso del aceite de coco, debido a una tendencia en la industria de alimentos y salud.
La división de grasas en la dieta y enfermedades cardiovasculares, después de revisar los datos existentes en las grasas saturadas ha demostrado que el aceite de coco incrementa específicamente el LDL (lipoproteínas de baja densidad, dañinas por favorecer la acumulación de colesterol en las arterias) en 7 de los 7 aceites aceites “controlados”. El 82% de la grasa del coco es saturada, de acuerdo a los datos: excediendo a la grasa de la mantequilla, la grasa de la carne, y la manteca de cerdo.
El Comité estableció que debido a estas característica del aceite de coco no debe ser consumido por la población aún con todos los beneficios que supuestamente se le atribuyen por ninguna ha podido ser demostrado.
El debate de las grasas contenidas en esta fruta viene de una Profesora Asociada de Medicina Nutricional de la Universidad de Cornell quién en el año 2000 decía que el aceite de coco contenía más ácidos grasos de cadena media, los cuales según ella había comprobado aceleran el metabolismo haciendo perder peso.
Sin embargo estudios recientes han comprobado que el aceite de coco solo tiene un contenido de 13-15% de este tipo de ácidos grados los demás son ácidos grasos de cadena larga que son los que se incrementan el LDL (Colesterol Malo).
¿Beneficios par Alzheimer?
Dictamen = FALSO
Se dice que las grasas del aceite de coco ayudan a incrementar la salud mental o prevenir el Alzheimer sin embargo no hay evidencias.
La teoría es que las grasas del aceite de coco al ser más de cadena media (lo cual ya se desmintió en el punto anterior) ayudan a que las células del cerebro tengan la energía suficiente para seguir trabajando debido a que carecen de glucosa.
¿El Aceite de Coco es una buena fuente de antioxidantes?
Dictamen = FALSO.
El aceite de coco también se le han atribuido propiedades de ser una buena fuente de antioxidantes, aunque si contiene alguna cantidad de estos, no esta ni cerca de las cantidades contenidas en frutas y vegetales con antioxidantes (fresas, blueberries, espinacas, brócoli, etc). El Profesor Tom Sanders, emérito del King’s Colegio de Londres dice “es una fuente pobre de Vitamina E comparado con otros aceites vegetales. Además de que es deficiente en ácidos grasos esenciales, lo cual lo hace más malo que la manteca o el aceite de palma”.
¿Beneficios en la Piel o como protector de Sol?
Dictamen= FALSO.
Es cierto que el aceite de coco se encuentra en muchas cremas protectoras de la piel, sin embargo el aceite de coco solo tiene un factor de protección solar (FPS) de 1. La recomendaciones de las instancias de salud de la piel recomiendan que ciando se esta expuesta al sol al menos se debe utilizar un FPS de 15. Por lo tanto, el aceite de coco solo no es suficiente para protegernos del sol y menos de los rayos UV, que son una de las causas principales de cáncer de piel.
¿Beneficios en el Cabello?
Dictamen = FALSO.
Se cree que el aceite de coco tiene propiedades humectantes, provee de nutrientes, mata bacterias y mejora la circulación de la sangre en el cuero cabelludo. Algunos sitios de internet hasta se atreven a decir que previene la caída del cabello. Lo real, es que el aceite de coco cantidades muy pequeñas de nutrientes y sus propiedades antibacteriales no han sido probadas. Cualquier efecto en tu cabello es simplemente estético (por la grasa que contiene).
(Fuente = Sacks. F. M. (2017) Dietary Fats and Cardiovascular Disease: A Presidential Advisory From the American Heart Association,& S. Lockyer (2016). British Nutrition Bulletin)