Durante años, los expertos han recomendado productos lácteos bajos en grasa en lugar de las versiones con grasa completa, que son más altos en calorías y contienen más grasas saturadas. Investigaciones recientes, sin embargo, indican que los lácteos enteros pueden ser más saludables de lo que sugiere su reputación, y que las personas que comen productos lácteos enteros no tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2 que las personas que consumen productos lácteos bajos en grasa. Incluso pueden ser menos propensos a aumentar de peso.
Ahora, una nueva investigación publicada el martes en The Lancet, se suma a ese conjunto de pruebas.
La investigación sugiere que comer productos lácteos de todo tipo se asocia con un menor riesgo de muerte prematura, enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular. "Alrededor de tres porciones de lácteos al día se asocia con un menor riesgo de mortalidad y enfermedad cardiovascular", dice el coautor del estudio Mahshid Dehghan, investigador de epidemiología nutricional del Population Health Research Institute en Canadá. "Estamos sugiriendo que los lácteos son saludables y se debe alentar a las personas a consumir productos lácteos".
Los lineamientos dietéticos de los estadounidenses y de la OMS también recomiendan consumir aproximadamente tres porciones de productos lácteos por día, pero especifique que estos alimentos deben ser sin grasa o bajos en grasa. La nueva investigación, sin embargo, sugiere que los lácteos con toda su grasa también pueden ser parte de una dieta saludable. Si bien hubo datos más sólidos para el consumo de leche y yogurt que la mantequilla y el queso, los consumidores de lácteos en el estudio consumieron más grasa que los productos bajos en grasa, lo que sugiere que estos resultados se aplican particularmente a los productos lácteos enteros.
El estudio observacional se basó en datos de aproximadamente 136,000 adultos que participaron en el estudio prospectivo de epidemiología rural urbana (PURE, por sus siglas en inglés), que recopiló información sobre la dieta y la salud de personas en 21 países de los cinco continentes. (Estados Unidos no estaba entre ellos, pero Canadá sí).
Ninguna de las personas incluidas en el estudio tenía antecedentes de enfermedad cardiovascular, y todas completaron una encuesta dietética detallada, que incluyó preguntas sobre el tipo y la frecuencia de la ingesta de lácteos. Durante aproximadamente nueve años de seguimiento, aproximadamente 10,500 personas murieron o tuvieron un problema cardiovascular importante, como un ataque cardíaco o un derrame cerebral.
Los investigadores encontraron que el consumo de lácteos, se asoció con un menor riesgo de ambos resultados. En comparación con las personas que no comieron lácteos, aquellos que consumieron más de dos porciones por día tuvieron tasas de mortalidad total más bajas (3,4% versus 5,6%) y tasas de mortalidad cardiovascular (0,9% versus 1,6%). También tuvieron tasas más bajas de enfermedad cardiovascular mayor (3.5% versus 4.9%) y apoplejía (1.2% versus 2.9%).
Y entre las personas que solo comieron lácteos enteros, aquellos que consumieron aproximadamente tres porciones por día tuvieron tasas de mortalidad más bajas que las personas que comieron menos de 0.5 porciones por día (3.3% versus 4.4%).
Ese hallazgo sugiere que difamar a los lácteos enteros únicamente debido a su mayor contenido de grasas saturadas, a pesar de que mucha investigación relaciona las grasas saturadas con la enfermedad cardíaca, podría no captar el panorama completo, dice Dehghan."Centrarse en bajo en grasa se basa predominantemente en la suposición de que la grasa saturada aumenta el colesterol LDL", dice ella. "Pero los lácteos contienen muchos otros componentes [que pueden ser saludables] - aminoácidos, vitamina K, calcio, magnesio. Se pueden fermentar y tener probióticos. No debemos centrarnos en un solo nutriente ". Y el resto de la dieta también importa.
Comer productos lácteos es probablemente mejor que consumir carbohidratos refinados, según una investigación reciente.
La nueva investigación tiene varias limitaciones. Los participantes del estudio solo completaron una encuesta de dieta al comienzo del período de investigación, por lo que los resultados no reflejaron los cambios en los patrones de alimentación a lo largo del tiempo. El período de seguimiento de nueve años también fue relativamente corto, en términos de medir los resultados de salud a largo plazo, como la enfermedad cardiovascular. Y los estudios observacionales nunca pueden probar causa y efecto, solo señalan patrones y asociaciones.
Además, si bien los patrones fueron consistentes en todas las regiones, muchos de los países del estudio PURE tienen ingresos bajos o medios. Los residentes de estas naciones tienden a comer menos lácteos que las personas en los países ricos, lo que puede significar que se beneficiarán más del aumento del consumo que las personas en los EE. UU. Y otras áreas desarrolladas. Tampoco hubo mucha información para las personas que consumían más de tres porciones de productos lácteos por día, lo que significa que no fue posible determinar cómo el consumo excesivo afecta la salud.
Las compañías farmacéuticas como Boehringer Ingelheim y GlaxoSmithKline también ayudaron a financiar la investigación, aunque no participaron en el diseño o la producción del estudio. GlaxoSmithKline fabrica Horlicks, una bebida nutricional a base de leche, mientras que la división de salud animal de Boehringer Ingelheim fabrica medicamentos para vacas lecheras.
Otro comentario editorial escrito por Jimmy Chun Yu Louie, de la Universidad de Hong Kong, y Anna Rangan, de la Universidad de Sydney -ambas vinculadas a Lactéos de Australia- dice que el estudio no debe ser tratado como "el último sello de aprobación".
Para recomendar lácteos enteros en grasa sobre sus equivalentes bajos en grasa o descremados. Los lectores deben ser prudentes y deben tratar este estudio solo como otra prueba más (aunque de gran tamaño) en la literatura ".Dehghan toma un enfoque similar a los resultados, y agrega que el estudio es importante en parte porque amplía la investigación nutricional más allá de sus epicentros tradicionalmente norteamericanos y europeos.
"Estamos sugiriendo que los productos lácteos no deberían atacarse y quizás incluso deberían fomentarse, especialmente en países de bajos y medianos ingresos donde el consumo de lácteos es bajo, o entre personas que consumen cantidades muy bajas de productos lácteos", dice.
Adicionalmente a los resultados de este estudio debemos resaltar que una vez más se verifica el hecho de que no todos los productos que en algún momento se etiquetan como tóxicos lo son por completo.
Y se debe resaltar que lo que SÍ se debe verificar en este tipo de alimentos es la cantidad de azúcares que contienen ya que algunos de ellos contienen niveles muy altos que con el consumo de 2 porciones se llegaría al consumo total de azúcar de todo un día tanto para adultos como para niños.
(Adaptado de Time Health, Septiembre 2018)