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¿Sabes que la Gratitud te ayuda a una Alimentación más Saludable?



Las intervenciones basadas en la gratitud podrían ayudar a mejorar los hábitos alimenticios.

En Estados Unidos el Día de Acción de Gracias ha pasado, en otros países viene una fecha muy importante donde también se agradece ... La Noche Buena y Navidad. La mayoría de las personas estos días se preparan para comer, comer y comer ...sin embargo hay algo más importante aún, estos días festivos son un momento para contar nuestras bendiciones y dar gracias, incluso si no nos hemos sentido tan saludables, felices y satisfechos el año pasado como nos hubiera gustado. Por ejemplo, muchas personas han estado luchando para perder peso y adoptar hábitos alimenticios saludables.

Investigaciones anteriores han demostrado que las intervenciones de psicología positiva pueden ayudarnos a sentirnos mejor y vivir más sanos. La nueva investigación de Fritz y sus colegas en el Journal of Experimental Social Psychology amplía este trabajo, examinando los efectos de la gratitud en la dieta. Los resultados sugieren que dedicar solo unos minutos a participar en una actividad de gratitud (específicamente, escribir una "carta de agradecimiento") puede motivar la elección de alimentos saludables.

Sentimientos de gratitud y alimentación saludable.

En el primer estudio, en el que participaron estudiantes universitarios, los que se sintieron más agradecidos mostraron hábitos alimenticios más saludables. Sin embargo, debido a que la intervención utilizada no logró aumentar los sentimientos de gratitud, se realizó un segundo estudio con una intervención de gratitud más fuerte.

El segundo estudio requirió que 1,017 estudiantes de 9º y 10º grado reflexionen sobre el apoyo de un donador/patrocinador y lean testimonios sobre los beneficios de la gratitud. Los investigadores asignaron al azar a los participantes del estudio a una de las tres condiciones de gratitud, las cuales requerían la realización de una actividad semanal de gratitud de cinco minutos, y una condición de control.

En las condiciones de gratitud, más específicamente, los participantes escribieron cartas de agradecimiento a un donador que había expresado amabilidad (por ejemplo, mostró atención durante una ruptura de una relación difícil), ofreció ayuda académica o brindó ayuda relacionada con la salud y el bienestar. En la condición de control, los participantes solo recibieron instrucciones de enumerar sus actividades diarias.

Además, se esperaba que los participantes en condiciones de gratitud pasaran 30 minutos a la semana trabajando para mejorar en un área relacionada con su carta de agradecimiento (por ejemplo, aquellos que eran académicos trabajaron en sus estudios). En contraste, los participantes de control trabajaron para organizarse mejor.

Los resultados mostraron que aquellos en los grupos de gratitud (en comparación con el grupo de control) tendían a reportar una alimentación más saludable con el tiempo. Y, aunque las diferencias no fueron grandes, también reportaron haber experimentado menos emociones negativas y más emociones positivas (incluidos sentimientos de agradecimiento).

Sin embargo, la relación entre alimentación saludable y ejercicios de gratitud solo fue "marginalmente significativa" en el seguimiento de tres meses, por lo que cualquier beneficio continuo probablemente requiera hacer ejercicios de gratitud con regularidad.

Sentirse agradecido ayuda a regular las emociones.

¿Por qué la gratitud puede resultar en una alimentación más saludable? Un posible mecanismo implica una ruta indirecta: a través de los efectos del agradecimiento en las emociones negativas. Los estados emocionales negativos hacen que sea difícil para las personas regulen su alimentación. Estar agradecido reduce los sentimientos desagradables. Por lo tanto, las prácticas de gratitud (por ejemplo, escribir una carta de agradecimiento) podrían facilitar la adopción de hábitos saludables, incluida la alimentación saludable, al reducir el efecto negativo: nerviosismo, miedo, enojo, culpa, tristeza y angustia en general, etc.

Cuando nos sentimos molestos, como después de una discusión, es más probable que nos involucremos en una alimentación emocional. Esto incluye comer alimentos grasos, dulces y salados (es decir, comida chatarra).

Por ejemplo, después de una mala cita, podrías sentirte rechazado o sin valor y experimentar un poderoso sentimiento de soledad o vergüenza. Pero si pasan varios minutos recordando cómo un donador o un compañero de trabajo, pariente, amigo actuó de manera muy afectuosa hacia ti o hacia alguien que tu quieres, puedes reducir tu dolor. Una vez que estés de mejor humor, es posible que ya no te sientas inclinado a calmarte con un comportamiento poco saludable.

No esperes ejercicios cortos de gratitud para curar tu depresión, curar tu ansiedad o convertirte en un consumidor súper saludable en cuestión de días. Pero reflexionar sobre lo agradecido que estás por la amabilidad que has recibido puede, con el tiempo, resultar en un cambio para mejor poco tu estado de ánimo e influir en tus emociones positivas ayudándote a dejar de comer compulsivamente para llenar un hueco emocional.

(Adaptado y Editado de Psychology Today, Noviembre 2018)

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